martes, 9 de septiembre de 2014
Medicina; Hacer crecer hueso allá donde se le necesite, en vez de trasplantarlo desde otro punto
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Unos ingenieros químicos han diseñado un nuevo andamio implantable de tejidos recubierto con factores de crecimiento óseo que son liberados poco a poco a lo largo de unas cuantas semanas. Cuando se aplica a heridas óseas o defectos en huesos, este andamio recubierto induce al cuerpo a formar rápidamente nuevo hueso que se parece y se comporta como el tejido original.
Este tipo de andamio recubierto podría ofrecer una mejora espectacular sobre la forma habitual de tratar ciertas heridas o malformaciones óseas, que implica trasplantar hueso de otra parte del cuerpo del paciente, un proceso doloroso que no siempre proporciona suficiente cantidad de hueso. Los pacientes con heridas óseas severas, las personas que sufren de defectos óseos congénitos, y los pacientes que necesitan más materia ósea en sus dientes para que tenga éxito la inserción de implantes dentales, podrían beneficiarse del nuevo andamio de tejido.
El equipo de Paula Hammond, Nisarg Shah y Nasim Hyder, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Cambridge, Estados Unidos, probó su andamio en ratas con un defecto craneal lo bastante grande (una cavidad de 8 milímetros de diámetro) como para no sanar por sí mismo. Después de que se implantara el andamio, se liberaron factores de crecimiento a tasas diferentes. El PDGF, liberado durante los primeros días después de la implantación, ayudó a iniciar la cascada de sanación del defecto óseo y a movilizar diversas células precursoras en la ubicación de dicho defecto. Estas células son responsables de formar nuevo tejido, incluyendo vasos sanguíneos, estructuras vasculares de soporte, y hueso.
En esta imagen, captada mediante un microscopio electrónico de barrido, aparece una membrana porosa y nanoestructurada de PLGA. La membrana está revestida con un recubrimiento multicapa que libera factores de crecimiento para promover la reparación ósea. (Imagen: Cortesía de Nasim Hyder y Nisarg J. Shah)
El BMP, liberado más despacio, indujo después a algunas de estas células inmaduras a convertirse en osteoblastos, que producen hueso. Cuando se usaron juntos los dos factores de crecimiento, estas células generaron una capa de hueso, tan pronto como dos semanas después de ser implantado el andamio, la cual era indistinguible del hueso natural en cuanto a apariencia y propiedades mecánicas.
Otra ventaja de este método es que el andamio es biodegradable y se descompone dentro del cuerpo en unas pocas semanas. El material del andamio, un polímero llamado PLGA, se usa ampliamente en tratamientos médicos y puede ser ajustado para desintegrarse a un ritmo específico de manera que los investigadores puedan diseñarlo para durar solo mientras se le necesite.
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