lunes, 29 de diciembre de 2014
Una estrella errante podría provocar un aluvión de cometas contra la Tierra
http://www.muyinteresante.es/ciencia/
¿Qué efecto tendría el paso de una estrella errante en las cercanías del Sistema Solar? Un equipo de científicos del Instituto Max Planck de Astronomía en Heilderberg (Alemania) ha calculado las posibles consecuencias para la Tierra. El estudio ha sido publicado en arXiv.org, un repositorio online de la Universidad de Cornell (EEUU) para prepublicaciones de artículos científicos en el campo de las matemáticas, la física, la informática o la biología cuantitativa.
Las conclusiones del estudio no son muy positivas para los habitantes de la Tierra ya que, según sus cálculos, el paso de este astro podría desestabilizar el delicado equilibrio de la Nube de Oort, lo que conduciría a una auténtica lluvia de cometas contra nuestro planeta. Nuestro Sistema Solar está repleto de millones de rocas heladas de mayor o menor tamaño y como sabemos, muchos de los cometas que observamos, tanto nosotros como los astrónomos, proceden de la Nube de Oort. Una estrella que pase demasiado cerca podría provocar un bombardeo de miles de estas rocas directamente hacia la Tierra.
Para llegar a esta conclusión los expertos, dirigidos por el astrónomo Coryn Bailer-Jones, reprodujeron con exactitud los movimientos pasados y futuros de 50.000 estrellas (con datos extraídos de la misión Hipparcos de la ESA). La investigación reveló que 14 estrellas pasarán a menos de 3,26 años luz de nosotros.
Afortunadamente, este suceso no ocurrirá de forma inminente, sino que sucederá en algún momento dentro del próximo cuarto millón de años. ¿Qué estrellas amenazarían este equilibrio? Por el momento, la estrella más cercana a la Tierra es Próxima Centauri, una enana roja ubicada a tan solo 4 años luz de distancia. Otra de ellas sería Hio 85605, con un 90% de probabilidad de pasar casi rozándonos (entre 0,13 y 0,65 años luz).
“Creo que podemos predecir con certeza que las órbitas de los cometas se verán perturbadas por estos encuentros”, afirma Bailer-Jones. De cualquier forma, como todas las estrellas se encuentran en constante movimiento, no es descartable que alguna otra se encuentre en el futuro mucho más cerca de nosotros.
¿Qué efecto tendría el paso de una estrella errante en las cercanías del Sistema Solar? Un equipo de científicos del Instituto Max Planck de Astronomía en Heilderberg (Alemania) ha calculado las posibles consecuencias para la Tierra. El estudio ha sido publicado en arXiv.org, un repositorio online de la Universidad de Cornell (EEUU) para prepublicaciones de artículos científicos en el campo de las matemáticas, la física, la informática o la biología cuantitativa.
Las conclusiones del estudio no son muy positivas para los habitantes de la Tierra ya que, según sus cálculos, el paso de este astro podría desestabilizar el delicado equilibrio de la Nube de Oort, lo que conduciría a una auténtica lluvia de cometas contra nuestro planeta. Nuestro Sistema Solar está repleto de millones de rocas heladas de mayor o menor tamaño y como sabemos, muchos de los cometas que observamos, tanto nosotros como los astrónomos, proceden de la Nube de Oort. Una estrella que pase demasiado cerca podría provocar un bombardeo de miles de estas rocas directamente hacia la Tierra.
Para llegar a esta conclusión los expertos, dirigidos por el astrónomo Coryn Bailer-Jones, reprodujeron con exactitud los movimientos pasados y futuros de 50.000 estrellas (con datos extraídos de la misión Hipparcos de la ESA). La investigación reveló que 14 estrellas pasarán a menos de 3,26 años luz de nosotros.
Afortunadamente, este suceso no ocurrirá de forma inminente, sino que sucederá en algún momento dentro del próximo cuarto millón de años. ¿Qué estrellas amenazarían este equilibrio? Por el momento, la estrella más cercana a la Tierra es Próxima Centauri, una enana roja ubicada a tan solo 4 años luz de distancia. Otra de ellas sería Hio 85605, con un 90% de probabilidad de pasar casi rozándonos (entre 0,13 y 0,65 años luz).
“Creo que podemos predecir con certeza que las órbitas de los cometas se verán perturbadas por estos encuentros”, afirma Bailer-Jones. De cualquier forma, como todas las estrellas se encuentran en constante movimiento, no es descartable que alguna otra se encuentre en el futuro mucho más cerca de nosotros.
Así nacen los hábitos compulsivos
http://www.muyinteresante.es/salud/
Mordisquearse una uña de vez en cuando puede considerarse una práctica bastante común (el 25% de la población mundial lo hace) pero cuando se convierte en un hábito compulsivo ya conforma un problema puesto que el daño puede alcanzar niveles importante para nuestra salud. Pero, ¿cómo surgen estos hábitos obsesivo-compulsivos que afectan a muchísimas personas en el mundo?
Desde morderse las uñas a rascarse la piel, tocarse el pelo, frotarse los ojos... los hábitos compulsivos pueden afectar a nuestra relación con los demás. Ahora, un nuevo estudio llevado a cabo por un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) acaba de arrojar luz al respecto en su estudio publicado en la revista American Journal of Psychiatry.
Según los expertos, un fallo en el “encendido” del sistema de control del cerebro podría sentar las bases de las compulsiones en el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), dejando fuera las teorías sobre que estos trastornos están causados por preocupaciones u obsesiones por parte de los sujetos, sino por una condición provocada cuando el sistema de hábitos del cerebro se vuelve loco.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores escanearon los cerebros de 37 pacientes con TOC y 33 personas sin este trastorno. Sometieron a los voluntarios a una prueba repetitiva de respuesta conductual, descubriendo que los pacientes con TOC eran menos capaces de detener sus hábitos mientras se observó una actividad cerebral excesiva en el núcleo caudado, una región que debe “encenderse” correctamente para que podamos controlar nuestros hábitos ya que participa en la modulación del movimiento.
Así, los científicos creen que las compulsiones pueden estar causadas por un mal funcionamiento en el sistema de hábito del cerebro y que estos hallazgos no son específicos para personas con trastorno obsesivo-compulsivo, sino para cualquier hábito de carácter repetitivo.
“No es sólo el TOC, hay una serie de comportamientos humanos que ahora se consideran ejemplos de compulsividad, incluido el abuso de drogas, el alcohol y los atracones. Lo que todos estos comportamientos tienen en común es la pérdida de control de arriba hacia abajo, tal vez debido a la falta de comunicación entre las regiones que controlan nuestro hábito y aquellos que, como la corteza prefrontal, que normalmente ayudan a controlar la conducta volitiva”, explica Claire Gillan, coautora del estudio.
“Mientras que algunos hábitos pueden hacer nuestra vidamás fácil, como la automatización del acto de la preparación del café por la mañana, otros van demasiado lejos y pueden tomar el control de nuestras vidas de una manera mucho más insidiosa con la formación de nuestras preferencias, creencias, y en el caso del TOC , incluso nuestros temores. Tales condiciones están entre las más difíciles de tratar, ya sea por la terapia de comportamiento cognitivo o por las drogas”, aclara Trevor Robbins, coautor del trabajo.
Mordisquearse una uña de vez en cuando puede considerarse una práctica bastante común (el 25% de la población mundial lo hace) pero cuando se convierte en un hábito compulsivo ya conforma un problema puesto que el daño puede alcanzar niveles importante para nuestra salud. Pero, ¿cómo surgen estos hábitos obsesivo-compulsivos que afectan a muchísimas personas en el mundo?
Desde morderse las uñas a rascarse la piel, tocarse el pelo, frotarse los ojos... los hábitos compulsivos pueden afectar a nuestra relación con los demás. Ahora, un nuevo estudio llevado a cabo por un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) acaba de arrojar luz al respecto en su estudio publicado en la revista American Journal of Psychiatry.
Según los expertos, un fallo en el “encendido” del sistema de control del cerebro podría sentar las bases de las compulsiones en el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), dejando fuera las teorías sobre que estos trastornos están causados por preocupaciones u obsesiones por parte de los sujetos, sino por una condición provocada cuando el sistema de hábitos del cerebro se vuelve loco.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores escanearon los cerebros de 37 pacientes con TOC y 33 personas sin este trastorno. Sometieron a los voluntarios a una prueba repetitiva de respuesta conductual, descubriendo que los pacientes con TOC eran menos capaces de detener sus hábitos mientras se observó una actividad cerebral excesiva en el núcleo caudado, una región que debe “encenderse” correctamente para que podamos controlar nuestros hábitos ya que participa en la modulación del movimiento.
Así, los científicos creen que las compulsiones pueden estar causadas por un mal funcionamiento en el sistema de hábito del cerebro y que estos hallazgos no son específicos para personas con trastorno obsesivo-compulsivo, sino para cualquier hábito de carácter repetitivo.
“No es sólo el TOC, hay una serie de comportamientos humanos que ahora se consideran ejemplos de compulsividad, incluido el abuso de drogas, el alcohol y los atracones. Lo que todos estos comportamientos tienen en común es la pérdida de control de arriba hacia abajo, tal vez debido a la falta de comunicación entre las regiones que controlan nuestro hábito y aquellos que, como la corteza prefrontal, que normalmente ayudan a controlar la conducta volitiva”, explica Claire Gillan, coautora del estudio.
“Mientras que algunos hábitos pueden hacer nuestra vidamás fácil, como la automatización del acto de la preparación del café por la mañana, otros van demasiado lejos y pueden tomar el control de nuestras vidas de una manera mucho más insidiosa con la formación de nuestras preferencias, creencias, y en el caso del TOC , incluso nuestros temores. Tales condiciones están entre las más difíciles de tratar, ya sea por la terapia de comportamiento cognitivo o por las drogas”, aclara Trevor Robbins, coautor del trabajo.
La prevalencia de la adicción a Internet es del 6% a nivel mundial
http://www.tendencias21.net/
La adicción a Internet es un problema de control de impulsos marcado por una incapacidad para limitar el uso de Internet, que puede afectar negativamente a la vida de una persona, incluyendo su salud y sus relaciones interpersonales.
La prevalencia de la adicción a Internet es del 6% a nivel mundial, según los datos de más de 89.000 personas de 31 países analizados en un estudio publicado en Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking, que estará disponible en abierto hasta el 18 de enero.
Cecelia Cheng y Ángel Yee-lam Li, de la Universidad de Hong Kong, muestran que la prevalencia de la adicción oscila entre un mínimo del 2,6% en Europa septentrional y occidental y un máximo del 10,9% en Oriente Medio.
Los autores describen los factores asociados con una mayor prevalencia de la adicción a Internet y cómo está relacionada con la calidad de vida de las personas. "Este estudio proporciona apoyo inicial a que hay una relación inversa entre la calidad de vida y la adicción a Internet. Sin embargo, no apoya la hipótesis de que la alta accesibilidad a Internet promueve la adicción al mismo", señala la editora de la revista, Brenda K. Wiederhold, del Instituto de Medios Interactivos de San Diego (California) y del Instituto Médico de Realidad Virtual de Bruselas (Bélgica).
La adicción a Internet es un problema de control de impulsos marcado por una incapacidad para limitar el uso de Internet, que puede afectar negativamente a la vida de una persona, incluyendo su salud y sus relaciones interpersonales.
La prevalencia de la adicción a Internet es del 6% a nivel mundial, según los datos de más de 89.000 personas de 31 países analizados en un estudio publicado en Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking, que estará disponible en abierto hasta el 18 de enero.
Cecelia Cheng y Ángel Yee-lam Li, de la Universidad de Hong Kong, muestran que la prevalencia de la adicción oscila entre un mínimo del 2,6% en Europa septentrional y occidental y un máximo del 10,9% en Oriente Medio.
Los autores describen los factores asociados con una mayor prevalencia de la adicción a Internet y cómo está relacionada con la calidad de vida de las personas. "Este estudio proporciona apoyo inicial a que hay una relación inversa entre la calidad de vida y la adicción a Internet. Sin embargo, no apoya la hipótesis de que la alta accesibilidad a Internet promueve la adicción al mismo", señala la editora de la revista, Brenda K. Wiederhold, del Instituto de Medios Interactivos de San Diego (California) y del Instituto Médico de Realidad Virtual de Bruselas (Bélgica).
El manto terrestre podría contener tanta agua como el oceáno Pacífico
http://www.tendencias21.net/
Imagen: musk. Fuente: PhotoXpress.
Un nuevo estudio está ayudando a responder una antigua pregunta que se ha colocado recientemente a la vanguardia de la ciencia terrestre: ¿Nuestro planeta produce su propia agua a través de procesos geológicos, nos llegó a bordo de los cometas de hielo procedentes de los confines del sistema solar?
La respuesta es probablemente "ambos", según investigadores de la Universidad Estatal de Ohio (Ohio State); y la misma cantidad de agua que contiene el Océano Pacífico actualmente podría ser enterrada en el interior del planeta en este momento.
En la reunión de la Unión Geofísica Americana (AGU, por sus siglas en inglés) esta semana, han informado del descubrimiento de una ruta geoquímica previamente desconocida, por la cual la Tierra puede mantener agua en su interior durante miles de millones de años y aun así liberar pequeñas cantidades a la superficie a través de la tectónica de placas, alimentando nuestros océanos desde dentro.
Al tratar de comprender la formación de la Tierra primitiva, algunos investigadores han sugerido que el planeta era seco e inhóspito para la vida hasta que cometas helados bombardearon la tierra y depositaron agua en la superficie.
Una hipótesis diferente
Wendy Panero, profesora asociada de ciencias de la tierra en Ohio State, y el estudiante de doctorado Jeff Pigott están siguiendo una hipótesis diferente: que la Tierra se formó con océanos enteros de agua en su interior, que han suministrado agua de forma continua a la superficie a través de la tectónica de placas desde entonces .
Los investigadores han aceptado desde hace tiempo que el manto contiene agua, pero es un misterio cuánta. Y, si algún mecanismo geológico ha estado suministrando agua a la superficie todo este tiempo, ¿no debería haberse quedado el manto ya sin agua?
Como no hay manera de estudiar directamente las rocas del manto profundo, Panero y Pigott están investigando la cuestión con experimentos de física de alta presión y cálculos computacionales.
"Cuando nos fijamos en los orígenes del agua de la Tierra, lo que realmente estamos preguntándonos es: ¿Por qué somos tan diferentes de todos los otros planetas?", explica Panero en la información de la universidad. "En este sistema solar, la Tierra es única porque tenemos agua líquida en la superficie. También somos el único planeta con tectónica de placas activa. Tal vez esa agua del manto sea clave para la tectónica de placas, y eso es parte de lo que hace a la Tierra habitable ".
Para el estudio es clave la idea de que las rocas que parecen secas al ojo humano pueden en realidad contener agua -en forma de átomos de hidrógeno atrapados dentro de huecos y defectos cristalinos naturales-. El oxígeno es abundante en los minerales, por lo que cuando un mineral contiene algo de hidrógeno, ciertas reacciones químicas pueden liberar el hidrógeno para que una al oxígeno y forme agua.
Los átomos de hidrógeno solitarios podrían constituir sólo una pequeña fracción de la roca del manto, explican los investigadores. Sin embargo, dado que el manto es más del 80 por ciento del volumen total del planeta esos átomos solitarios podrían sumar una gran cantidad de agua potencial.
En un laboratorio de Ohio State, los investigadores comprimen diferentes minerales que son comunes en el manto y los someten a altas presiones y temperaturas usando una celda de yunque de diamante, un dispositivo que aprieta una pequeña muestra de material entre dos diamantes y lo calienta con un láser, para simular las condiciones de las profundidades de la Tierra.
Examinan cómo las estructuras cristalinas de los minerales cambian a medida que se comprimen, y utilizan esa información para medir las capacidades relativas de los minerales para almacenar hidrógeno. A continuación, extienden sus resultados experimentales utilizando cálculos informáticos para descubrir los procesos geoquímicos que permitirían a estos minerales subir a través del manto hasta la superficie, condición necesaria para que el agua pudiera escapar a los océanos.
El ciclo hídrico terrestre podría ser mucho mayor de lo pensado
Un estudio realizado en Estados Unidos muestra de forma teórica que el manto de la Tierra podría contener tanta agua como el océano Pacífico, y que podría formar parte de un ciclo del agua mucho mayor de lo pensado, alimentando a los océanos a través de la tectónica de placas.
Imagen: musk. Fuente: PhotoXpress.
Un nuevo estudio está ayudando a responder una antigua pregunta que se ha colocado recientemente a la vanguardia de la ciencia terrestre: ¿Nuestro planeta produce su propia agua a través de procesos geológicos, nos llegó a bordo de los cometas de hielo procedentes de los confines del sistema solar?
La respuesta es probablemente "ambos", según investigadores de la Universidad Estatal de Ohio (Ohio State); y la misma cantidad de agua que contiene el Océano Pacífico actualmente podría ser enterrada en el interior del planeta en este momento.
En la reunión de la Unión Geofísica Americana (AGU, por sus siglas en inglés) esta semana, han informado del descubrimiento de una ruta geoquímica previamente desconocida, por la cual la Tierra puede mantener agua en su interior durante miles de millones de años y aun así liberar pequeñas cantidades a la superficie a través de la tectónica de placas, alimentando nuestros océanos desde dentro.
Al tratar de comprender la formación de la Tierra primitiva, algunos investigadores han sugerido que el planeta era seco e inhóspito para la vida hasta que cometas helados bombardearon la tierra y depositaron agua en la superficie.
Una hipótesis diferente
Wendy Panero, profesora asociada de ciencias de la tierra en Ohio State, y el estudiante de doctorado Jeff Pigott están siguiendo una hipótesis diferente: que la Tierra se formó con océanos enteros de agua en su interior, que han suministrado agua de forma continua a la superficie a través de la tectónica de placas desde entonces .
Los investigadores han aceptado desde hace tiempo que el manto contiene agua, pero es un misterio cuánta. Y, si algún mecanismo geológico ha estado suministrando agua a la superficie todo este tiempo, ¿no debería haberse quedado el manto ya sin agua?
Como no hay manera de estudiar directamente las rocas del manto profundo, Panero y Pigott están investigando la cuestión con experimentos de física de alta presión y cálculos computacionales.
"Cuando nos fijamos en los orígenes del agua de la Tierra, lo que realmente estamos preguntándonos es: ¿Por qué somos tan diferentes de todos los otros planetas?", explica Panero en la información de la universidad. "En este sistema solar, la Tierra es única porque tenemos agua líquida en la superficie. También somos el único planeta con tectónica de placas activa. Tal vez esa agua del manto sea clave para la tectónica de placas, y eso es parte de lo que hace a la Tierra habitable ".
Para el estudio es clave la idea de que las rocas que parecen secas al ojo humano pueden en realidad contener agua -en forma de átomos de hidrógeno atrapados dentro de huecos y defectos cristalinos naturales-. El oxígeno es abundante en los minerales, por lo que cuando un mineral contiene algo de hidrógeno, ciertas reacciones químicas pueden liberar el hidrógeno para que una al oxígeno y forme agua.
Los átomos de hidrógeno solitarios podrían constituir sólo una pequeña fracción de la roca del manto, explican los investigadores. Sin embargo, dado que el manto es más del 80 por ciento del volumen total del planeta esos átomos solitarios podrían sumar una gran cantidad de agua potencial.
En un laboratorio de Ohio State, los investigadores comprimen diferentes minerales que son comunes en el manto y los someten a altas presiones y temperaturas usando una celda de yunque de diamante, un dispositivo que aprieta una pequeña muestra de material entre dos diamantes y lo calienta con un láser, para simular las condiciones de las profundidades de la Tierra.
Examinan cómo las estructuras cristalinas de los minerales cambian a medida que se comprimen, y utilizan esa información para medir las capacidades relativas de los minerales para almacenar hidrógeno. A continuación, extienden sus resultados experimentales utilizando cálculos informáticos para descubrir los procesos geoquímicos que permitirían a estos minerales subir a través del manto hasta la superficie, condición necesaria para que el agua pudiera escapar a los océanos.
Diagrama de la tectónica de placas, que emite rocas a la
superficie, y que podría estar emitiendo también agua a los océanos.
Fuente: Ohio State University.
Ringwoodita
En un artículo presentado a una revista académica, los investigadores informan de pruebas recientes realizadas con el mineral bridgmanita, una forma de olivino a altas presiones. Aunque la bridgmanita es el mineral más abundante en el manto inferior, se descubrieron que contiene muy poco hidrógeno para desempeñar un papel importante en el suministro de agua de la Tierra.
Otro grupo de investigación encontró recientemente que la ringwoodita, otra forma de olivino, sí que contiene suficiente hidrógeno para que sea un buen candidato para el almacenamiento de agua en tierra profundas. Así que Panero y Pigott centraron su estudio en la profundidad a la que se encuentra la ringwoodita -un lugar entre 500 y 800 kilómetros por debajo de la superficie al que los investigadores llaman "zona de transición"- como la región que es más probable que contenga la fuente de agua del planeta. A partir de ahí, la misma convección de la roca del manto que produce la tectónica de placas podría llevar el agua a la superficie.
Un problema: Si toda el agua de la ringwoodita es drenado continuamente a la superficie a través de la tectónica de placas, ¿cómo podría el planeta tener aún reservas?
Para la investigación presentada en la AGU, Panero y Pigott realizaron nuevos cálculos informáticos sobre la geoquímica de la parte más baja del manto, a unos 800 kilómetros de profundidad y más abajo. Allí, otro mineral, el granate, surgió como un probable portador de agua, un intermediario que podría poner a resguardo una parte del agua de la ringwoodita en el manto inferior, que de lo contrario estaría seco.
Si este escenario es correcto, la Tierra podría contener actualmente en sus profundidades la mitad de la cantidad de agua que fluye en los océanos de la superficie, señala Panero, cantidad que sería aproximadamente igual al volumen del Océano Pacífico. Esta agua circula continuamente a través de la zona de transición como resultado de la tectónica de placas.
"Una forma de mirar esta investigación es que estamos poniendo restricciones a la cantidad de agua que podría estar allí", agrega Pigott.
Panero llama a la compleja relación entre la tectónica de placas y las aguas superficiales "uno de los grandes misterios de las ciencias de la tierra." Pero este nuevo estudio apoya la creciente sospecha de los investigadores de que la convección del manto de alguna manera regula la cantidad de agua en los océanos. También amplía enormemente la línea de tiempo para el ciclo de agua de la Tierra.
"Si toda el agua de la Tierra está en la superficie, eso nos da una interpretación del ciclo del agua según la cual ésta circula entre los océanos, la atmósfera y el subsuelo a través de millones de años", explica. "Pero si la circulación del manto también es parte del ciclo del agua, el tiempo total del ciclo de tiene que ser de miles de millones de años."
En un artículo presentado a una revista académica, los investigadores informan de pruebas recientes realizadas con el mineral bridgmanita, una forma de olivino a altas presiones. Aunque la bridgmanita es el mineral más abundante en el manto inferior, se descubrieron que contiene muy poco hidrógeno para desempeñar un papel importante en el suministro de agua de la Tierra.
Otro grupo de investigación encontró recientemente que la ringwoodita, otra forma de olivino, sí que contiene suficiente hidrógeno para que sea un buen candidato para el almacenamiento de agua en tierra profundas. Así que Panero y Pigott centraron su estudio en la profundidad a la que se encuentra la ringwoodita -un lugar entre 500 y 800 kilómetros por debajo de la superficie al que los investigadores llaman "zona de transición"- como la región que es más probable que contenga la fuente de agua del planeta. A partir de ahí, la misma convección de la roca del manto que produce la tectónica de placas podría llevar el agua a la superficie.
Un problema: Si toda el agua de la ringwoodita es drenado continuamente a la superficie a través de la tectónica de placas, ¿cómo podría el planeta tener aún reservas?
Para la investigación presentada en la AGU, Panero y Pigott realizaron nuevos cálculos informáticos sobre la geoquímica de la parte más baja del manto, a unos 800 kilómetros de profundidad y más abajo. Allí, otro mineral, el granate, surgió como un probable portador de agua, un intermediario que podría poner a resguardo una parte del agua de la ringwoodita en el manto inferior, que de lo contrario estaría seco.
Si este escenario es correcto, la Tierra podría contener actualmente en sus profundidades la mitad de la cantidad de agua que fluye en los océanos de la superficie, señala Panero, cantidad que sería aproximadamente igual al volumen del Océano Pacífico. Esta agua circula continuamente a través de la zona de transición como resultado de la tectónica de placas.
"Una forma de mirar esta investigación es que estamos poniendo restricciones a la cantidad de agua que podría estar allí", agrega Pigott.
Panero llama a la compleja relación entre la tectónica de placas y las aguas superficiales "uno de los grandes misterios de las ciencias de la tierra." Pero este nuevo estudio apoya la creciente sospecha de los investigadores de que la convección del manto de alguna manera regula la cantidad de agua en los océanos. También amplía enormemente la línea de tiempo para el ciclo de agua de la Tierra.
"Si toda el agua de la Tierra está en la superficie, eso nos da una interpretación del ciclo del agua según la cual ésta circula entre los océanos, la atmósfera y el subsuelo a través de millones de años", explica. "Pero si la circulación del manto también es parte del ciclo del agua, el tiempo total del ciclo de tiene que ser de miles de millones de años."
martes, 9 de diciembre de 2014
Los perros nos entienden mejor de lo que creíamos
FayerWayer by Belinda Lorenzana
Amamos a nuestras mascotas, son nuestra compañía entrañable, nuestra familia. Con esta noticia nuestro amor será más grande, y mejor entendido: una investigación reciente comprobó que los perros pueden comprender lo que decimos, mucho más de lo que habríamos imaginado.
El estudio fue publicado en la edición más reciente de Current Biology. Los investigadores tomaron una muestra de 25 perros y analizaron sus movimientos de cabeza. Así determinaron qué tanto entendían frases o palabras y en cuál de sus hemisferios cerebrales se procesaba esta información.
Cuando los perros estaban en calma y mirando hacia el frente, uno de los estudiosos emitíamensajes verbales, con diversos contenidos y entonaciones.
Los resultados demostraron que los perros volteaban hacia distintas direcciones, dependiendo decómo asimilaban los sonidos. Si había "pistas" emotivas, como por ejemplo, algo dicho en tono animoso, los perros giraban la cabeza hacia la izquierda.
Pero, cuando lo que se les decía eran palabras "significativas", tal vez una orden con que estuvieran familiarizados, en un tono de voz plano, los perros giraban la cabeza hacia la derecha.
Así se demostró que cada uno de estos sonidos es procesado por diferentes hemisferios de su cerebro, de una manera muy similar a como funciona el cerebro humano. Los perros, después de todo, son mucho más parecidos a nosotros de lo que pensábamos.
Los resultados de la investigación comprueban ambién que estos animales entienden nuestras órdenes, más allá del simple reflejo. ¿Ya ven por qué una de cada tres mujeres extraña más a su perro que a su pareja?
En conclusión, nuestros perros nos entienden. Ahora bien, hay diferencias entre la comprensión y la decisión de hacer lo que les pedimos. Algunos perros aceptarán seguir nuestras indicaciones sin chistar, a otros no les dará la gana, justo como hacen nuestros gatos.
La naturaleza del miedo
http://www.muyinteresante.es
Un equipo de investigadores del Centro Nacionales de Ciencias Biológicas de Bangalore (India) ha descubierto que el hecho de que tengamos miedo o no es cuestión de una “votación democrática” entre las neuronas de nuestro cerebro. Deciden por mayoría si sentimos miedo o no. El trabajo ha sido publicado en la revistaNature Neuroscience.
Para llegar a esta conclusión, los científicos realizaron un experimento con ratas que fueron previamente adiestradas para temer un sonido concreto tras el que llegaba una descarga eléctrica -ese sonido, anticipaba el castigo- y para que fueran neutrales ante otro tipo de sonido que no tenía consecuencias de ninguna clase.
Tras aprender a distinguir entre los dos sonidos, los expertos midieron la actividad eléctrica de sus neuronas -la base de transmisión de los impulsos nerviosos- descubriendo que con el aprendizaje, la actividad eléctrica cambiaba. La mayoría de las neuronas respondía con más intensidad al sonido de peligro que al otro. Así, cada neurona era capaz de distinguir el sonido asociado a la amenaza, lo que determinada el comportamiento posterior de la rata. Si las neuronas que se alteraban eran mayoría, la rata sentía miedo. Aparte de ello descubrieron que existía una serie de neuronas, en minoría, que se alteraban con cualquiera de los sonidos.
Según los autores del estudio, en la amígdala, la parte del cerebro que procesa el miedo, hay una minoría de neuronas temerosas que cualquier señal del entorno les lleva a transmitir una señal de pánico pero esto no afecta al comportamiento posterior si esa “votación democrática” no lo activa. De cualquier forma, ante una gran amenaza, las neuronas responden de forma alarmante como instinto de protección.
Una alternativa a los antibióticos
Maldita Ciencia by Mr Spoiler
La resistencia a los antibióticos se ha convertido ya en un problema a gran escala para la humanidad. Las bacterias o microorganismos que provocan infecciones son cada vez más inmunes a nuestros tratamientos y sin los antibióticos, una simple neumonía puede ser mortal.
Afortunadamente un equipo de científicos de la Universidad de Berna (Suiza) ha desarrollado una nueva sustancia, sin antibióticos, para el tratamiento de infecciones bacterianas graves.
Básicamente se trata de una especie de cebo artificial para toxinas bacterianas. Diseñado a partir de nanopartículas artificiales hechas de lípidos, llamadas liposomas, este cebo actúa como señuelo para las toxinas bacterianas consiguiendo atraparlas, secuestrarlas y neutralizarlas por completo. Al no haber toxinas las bacterias se vuelven indefensas y pueden ser eliminadas fácilmente por las células del sistema inmunológico.
El estudio, que ha sido publicado en la revista Nature Biotechnology y que ya ha sido probado con éxito en ratones, especifica que estos liposomas sin antibióticos neutralizan la creciente inmunidad de las bacterias atrayendo las toxinas bacterianas y protegiendo así las células del huésped.
“Hemos hecho un cebo irresistible para las toxinas bacterianas. Las toxinas se ven fatalmente atraídas por los liposomas, y una vez que están unidos, pueden ser eliminados fácilmente sin peligro para las células huésped”, explica Eduard Babiychuk, líder del estudio.
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