La finalidad es acabar no pensando en nada, concentrarse en el momento presente. Según teoriza la Universidad de California, la meditación, para las culturas del lejano oriente, consiste en «experimentar cómo la mente se disuelve y es libre de sus propios pensamientos, focalizando toda la concentración en un único objeto de percepción, como la respiración o la repetición de un vocablo». Desde el punto de vista místico-religioso es algo que se toma muy en serio. Tanto, que expertos teólogos y médicos mongoles aún no se han puesto de acuerdo en si un monje budista recién encontrado momificado está vivo o muerto.
Puede ser que al tipo se le olvidase espabilarse un poco después de tanta desinhibición mental y acabase por quedarse en el intento. La otra teoría es que realmente haya alcanzado un estado de trance llamado tukdam, que, según los defensores más creyentes, se trata de una especie patíbulo entre la vida y la muerte.
La noticia saltó a la luz el pasado día 27 de enero según informa EFE. En la provincia Songino Khairkhan (Mongolia), era hallado un monje budista momificado en posición de loto cubierto de pieles de cordero. El hallazgo se hacía en una finca cuyo propietario está acusado de haber robado al petrificado con intención de venderlo.
El dilema ahora es acordar si el cuerpo que está revolucionando la sala de visitas del centro de investigaciones forenses de Ulan Bator en realidad vive o no.
Aunque la medicina occidental considera inequívocamente inerte un cuerpo que según las primeras pesquisas data de mediados del siglo XIX, para expertos budistas como Barry Kerzin, médico del Dalai Lama, o el profesor Ganhugiyn Purevbata, del Instituto de Arte Budista de la Universidad de Ulan Bator, la momia -que fue encontrada con la mano izquierda abierta y la derecha haciendo el símbolo de la plegaria Sutra- testifica con su gesto que «no está muerto, sino que está en una meditación muy profunda, de acuerdo con la antigua tradición de los lamas budistas».
Kercin añade que «si una persona es capaz de permanecer en este estado durante más de tres semanas el cuerpo se reduce poco a poco y, al final, todo lo que queda de la persona es el cabello, las uñas y la ropa. Y en estos casos las personas que viven junto al monje pueden ver un arco iris que brilla en el cielo durante varios días, lo que significa que encontró un cuerpo de arco iris, el estado más alto cerca de la budeidad».
Ahora, más allá de la nimiedad de si está fiambre o no el recién hallado, arranca la carrera por la reivindicación del milagro. Investigadores policiales, científicos y personal del Ministerio de Justicia y el Ministerio de Educación, Cultura y Ciencia están investigando la procedencia del religioso.
Por el momento, la hipótesis más extendida es que se trate de los restos de Dashi-Dorzho Itigilov, maestro mentor del lama, que fue momificado en Rusia en 1920. La otra teoría que cobra fuerza es la de que pertenezcan a un prestigioso monje mongol llamado Geser Lama (que vivió hace 200 años) cuya tumba fue asaltada hace uno.
A falta de ponerse de acuerdo sobre el verdadero estado vital del hallazgo, cientos de budistas ya se han apresurado a rendir tributo al hombre de piedra. Posiblemente, todo un recordman de la meditación a larga estancia.
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