El libro del que os quiero hablar hoy es una auténtica joya. Se trata
de capítulos de 2 o 3 páginas cada uno explicando montones de
curiosidades, desmintiendo o ratificando algunas leyendas urbanas y con
montones de detalles que arrancan sonrisas de puro curiosas. Y es que es
curiosidad lo que inspiró la escritura e implica la lectura de este
libro.
Leyendo este libro puedes enterarte de que la palabra “interesante”
no la tenían los romanos en su vocabulario, de que las esposas (o no) de
Enrique VIII son realmente difíciles de contar, de que tenemos 4 fosas
nasales y no 2, de que el lugar más seco de la Tierra es la Antártida
seguida del desierto de Atacama en Chile, de que el mayor ser vivo de la
Tierra es un hongo, de que el ave que pone los huevos más pequeños en
proporción a su tamaño es el avestruz, de que el huevo más grande puesto
por una animal que se conozca era un pájaro elefante que se extinguió
en 1700 cuyo huevo era 10 veces más grande que el de avestruz, de que
una gallina puede sobrevivir sin cabeza (no cortó la yugular y había
algo de tronco encefálico), de que el mosquito es el ser más peligroso
del mundo porque la mitad de los seres humanos a lo largo de la historia
debido a picaduras de mosquito que les traía una enfermedad mortal, de
que las marmotas pueden matar personas ya que pueden pasar la peste por
la tos. Podéis enteraros de que los camaleones se mueven tan poco que se
llegó a pensar que “vivían del aire”, que a los osos polares les gusta
tanto la pasta de dientes que han provocado algunos desastres por
conseguir un tubo y que en la ciudad de Churchill tienen una especie de
cárcel para osos polares.
Pero esto no es más que el principio. Nos habla de que no fue James
Watt quien compuso la primara máquina de vapor sino un tal Herón de
Alejandría hace cerca de 2000 años, de que Meucci fue el auténtico
inventor del teléfono lo que no quita que Bell tampoco fuera un
extraordinario inventor que colaboró en la educación de Hellen Keller
(por cierto, le dedicó su autobiografía), de que Escocia tiene muchas
cosas pero no son suyas no su whisky ni sus faldas, de que los franceses
no inventaron el champán (Dom Pérignon pasó gran parte de su vida
intentando eliminar las burbujas), de que Guillotin no fue el inventor
de la guillotina y sólo quería que todos (ricos y pobres) murieran igual
de rápido y que en la Alemania nazi se ejecutaron más personas con la
guillotina que en la Revolución Francesa, de que Darwin comía de todo
tipo de animales y el 12 de febrero es el día que se conmemora su
nacimiento con un banquete con multitud de especies, de que tenemos más
de 5 sentidos (otros serían termocepción, equilibriocepción, etc.).
Y sigue explicándonos que la plata es el elemento mejor conductor y
que el osmio o el iridio (en función de cómo se mida) son los más
densos, que la Tierra tiene no menos de 7 satélites (otra cosa es que no
se vean como la Luna, uno de ellos), que se hizo bien en degradar
Plutón y que 2003 UB
313 es más grande que él, que Ceres se
consideró planeta desde su descubrimiento durante 50 años, de que una
persona de 76 kg contiene 1 kg de nitrógeno, de que una polilla se
vuelve loca con la luz porque la confunde con la Luna o el Sol, de que
la velocidad máxima de un perezoso es 1,6 km/h o que necesita un mes
para digerir el alimento y que incluso pueden morir de hambre aun con el
estómago lleno, de que los báculos (aquellos huesos en el pene de
algunos mamíferos) los empleamos los humanos como alfileres de corbata o
cucharillas para remover el café, de que los hipopótamos son criaturas
muy irritables que muerden y pisotean a cocodrilos y tiburones y que
pueden correr más que un hombre, de que los jugos digestivos de un
cocodrilo tienen suficiente ácido clorhídrico como para disolver el
hierro y el acero, de que estos mismos animales no pueden sobrevivir en
las alcantarillas porque necesitan la radiación ultravioleta del Sol, de
que lo más peligroso que existe a juzgar por el número de muertos que
provoca es el trabajo, de que el 90% de los ingleses no conocía una sola
batalla de la guerra civil inglesa, de que el 67% de los escolares
ingleses no habían oído hablar de Oliver Cromwell, de cómo Napoleón fue
derrotado en una caza por un ejército de conejos.
¿Os parece poco? Pues no es penséis que esto ha acabado. Podemos
enterarnos de que el incendio de Roma por Nerón tiene más pinta de
leyenda urbana que otra cosa ya que se encontraba a 56 km de distancia
cuando se provocó y que cuando recibió la noticia fue inmediatamente a
Roma para asumir el mando de los trabajos de extinción, de que el mismo
Nerón fue el inventor de los helados y utilizaba a su envenenadora
personal llamada
Locusta quien fue la primera asesina
documentada de la historia, de que caen a la Tierra unos 200 rayos por
segundo, de que los emperadores romanos no ordenaban la muerte de los
gladiadores con el pulgar hacia abajo (fue un error de Hollywood) sino
hacia arriba, de que el número de la Bestia no es el 666 sino el 616
pues en 2005 se rehizo la traducción y se vio que era así, de que en
EEUU la autopista 666 fue rebautizada por tener este número (a ver qué
hacen ahora con la 616), de que el Parlamento Europeo deja vacante la
butaca 666 (gente inteligente, sin ningún género de dudas, a ver qué
harán ahora con la 616), de que Vesalio para hacer las disecciones tenía
una mesa que daba la vuelta porque estaban prohibidas por la Iglesia
Católica, de que lo de la maldición de Tutankamón es un camelo ya que
lord Caernarvon murió por las complicaciones de una picada de un
mosquito, de que al agua tiene un tono apenas visible pero que es
realmente azul, de que aunque el agua cubre el 70% de la superficie de
la Tierra en realidad la proporción total de agua respecto el planeta es
del 0,1%, de que el efecto Coriolis es despreciable en lo de los
remolinos al caer el agua por un desagüe, de que los camellos pueden
aguantar 7 días sin beber pero cuando lo hacen son capaces e ingerir 225
litros, de que en la joroba almacenan grasa.
Y ni penséis que el libro nos da tregua sino que sigue informándonos
de que América no viene de Americo Vespucci sino de Richard Ameryk, de
que la dentadura postiza de George Washington estaba hecha en su mayor
parte de marfil de hipopótamo ya que cuando llegó a presidente sólo el
quedaba uno, de que sólo los extranjeros llamamos Bangkok a la ciudad de
Krung Thep, de que la temparatura más baja registrada en la Tierra de
forma natural se tomó en 1983 en la Antártida y fue de -89,2ºC, de que
fue Herbert Spencer y no Darwin quien inventó la expresión
“supervivencia de los más fuertes” y que fue también quien aplicó la
teoría de la evolución a la psicología, filosofía y estudio de la
sociedad (también inventó el clip sujetapapeles, pero ese es otro tema);
de que BiC vendió el bolígrafo cien mil millones en 2005 y que del BiC
Cristal se venden 14 millones de unidades al día, de que Goodyear murió
arruinado ya que compartió sus muestras con otros dos quienes patentaron
la vulcanización y que aun así escribió “La vida no debería contarse
exclusivamente en dólares y centavos. No estoy dispuesto a quejarme de
que yo he plantado y otros han recogido los frutos. NU hombre tiene
motivos para lamentarse sólo cuando siempre y nadie recoge” (un 10 para
Goodyear, cuya vide ma reservo para otro artículo), de que la bacteria
que resiste más la radiación es la
Deinococcus radiodurans y la
llaman “Conan la Bacteria”, de que el mismo que el picor de las
guindillas se mide mediante la escala Scoville, de que el primer invento
que rompió la barrera del sonido fue el látigo, de que la máxima
velocidad alcanzada por un ser humano fue en el regreso del Apolo X en
1969 en que alcanzó 39.897 km/h, de que el humano que han resistido la
caída más alta fue la de una azafata desde 10.600 metros de altura, de
que las avestruces comen de todo incluido diamantes, de que los pollos
cacarean diferente en función del país en el que viven.
Pero si creéis que me voy a para aquí vais muy equivocados. Podéis
enteraros de que en el año 54 a.C. Julio César quedó muy impresionado de
que los antiguos británicos criasen aves para que luchasen y no para
comérselas, de que el ave más común de Gran Bretaña se llama… “chochín” y
que existe un día en que se celebraba la “caza del chochín” (26 de
diciembre), de que las Canarias deben su nombre no a los canarios sino a
los perros (los romanos las llamaban “Islas de los perros” y los perros
son canes), de que la mayor parte del oxígeno de la Tierra lo producen
las algas, de que el primer animal en viajar al espacio fue la mosca de
la fruta en una V2 en 1946, de que los ojos de los búhos son tubulares y
no esféricos, de que los cárabos pueden ver un ratón en el suelo aunque
el nivel de luz sea el de una vela a 500 metros, de que fue Aristarco
de Samos 1800 años antes que Copérnico quien afirmó que la Tierra giraba
alrededor del Sol (Copernico incluso lo citó en su manuscrito), de que
las abejas usan el campo magnético de la Tierra para orientarse, de que
para producir una cucharadita de miel se necesita toda una vida de 12
abejas que recorren hasta 12 km por trayecto varias veces al día y para
500 gramos una sola abeja tendría que viajar unos 75.000 km (casi dos
veces la vuelta al mundo), de que los cerebros de los hombres son
fisiológicamente diferentes a los de las mueres (aunque el resultado, o
sea, la inteligencia, pueda ser la misma, la producción es muy
diferente), de que el teflón no fue descubierto como subproducto de los
programas espaciales y que para pegarlo a las sartenes se rocían antes
con chorros de arena para crear grietas y que el teflón penetre en ellas
(y un posterior tratamiento térmico).
Sé que vuestra cabeza no puede parar pero aun así el libro continua
informándonos de que el mejor modo de evitar quedarte dormido en un
coche si tienes el pelo largo es sujetarte un mechón con el techo solar,
de que la Alemania nazi era católica (los soldados llevaban una hebilla
en la que decía “Dios está con nosotros”), de que los “campos de
concentración” los inventó España en 1895 en su lucha por conservar
Cuba, de que el animal más ruidoso del océanao es la gamba produciendo
además un fenómeno muy curioso llamado sonoluminiscencia, de que los
flamencos no tienen el color que tienen por comer gambas sino por comer
algas verde azuladas, de que junto con las palomas son los únicos tipos
de ave que producen leche, de que lo que comiendo zanahorias mejora la
vista nocturna viene de una estrategia de desinformación (en realidad,
quien veía era el RADAR), de que en una isla desierta podríamos
sobrevivir únicamente a base de cocos, de que no fue el capitán Cook
quien descubrió Australia sino William Dampier, de que Alexander Selkirk
(quien inspiró Robinson Crusoe) fue miembro de la tripulación del
anterior, de que “canguro” en aborigen no significa “no lo sé” como dice
la leyenda urbana, de que la Biblia nada dice de que los Reyes Magos
fueran 3, de que Santa Claus era turco y no de Laponia o de Coca-Cola
pero aun así la en la dirección oficial de Santa Claus se reciben unas
600.000 cartas al año, de que como si se tratara de una venganza a ese
éxito seglar el Vaticano degradó en 1969 San Nicolás (6 de diciembre) de
fiesta obligatoria a voluntaria.
Y para finalizar también nos habla, entre otras cosas, de que Bugs
Buny en realidad no está inspirado en un conejo sino una liebre de
Norteamérica, de que con un lápiz medio podemos escribir unas 45.000
palabras o trazar una línea recta de 56 kilómetros, de que el primer
animal domesticado de la historia fue el reno hace unos 14.000 años, de
que no es lo mismo domar que domesticar (por ejemplo, el elefante se
puede domar, pero no domesticar), de que la maratón mide 42,195
kilómetros precisamente porque en 1908 los JJOO de Londres tenía que
salir justo delante del castillo de Windsor para que la familia real
pudiera observarla, de que Santa Brígida destacó por el milagro de
transformar agua del baño en cerveza para unos clérigos que la
visitaron.
Un libro maravilloso, entretenido, ameno, informativo y salpicado de
anécdotas como las que os he citado. Para todos los públicos.
Título: “El pequeño gran libro de la ignorancia”
Autores: John Lloyd y John Mitchinson